martes, 23 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

Modelos de comunicación

zapping kolla

Comunicación y cultura...

Observá este video y debatí con tus compañeros qué relaciones encontrás entre comunicación y cultura...


Comunicarnos: derecho a la comunicación

Una página de interés para los que trabajamos en la enseñanza de Comunicación y para los que son estudiantes!!! A veces los que dictamos la materia "comunicación" nos ceñimos a los diseños curriculares y perdemos la flexibilidad para mirar los problemas actuales que encierra la comunicación, y sobre todo el sentido último de enseñar a comunicarnos, algo que parece tan inherente al ser humano, requiere de entrenamiento, praxis y reflexión. Desde este punto de visto creo que espacios como el que se propone a través de este link, contribuyen a una práctica de la enseñanza de la comunicación más cercana a las realidades y culturas que los alumnos traen a la escuela, y de la que aún nos resta muchísimo por aprender.
    En ocasión al Día Internacional de los Derechos Humanos, el jueves 10 de diciembre de 2009 se presentó el Proyecto Comunicarnos, Campaña argentina  por el derecho a la comunicación, desarrollada en el marco del Proyecto PNUD ARG/09/018 "Participación, Comunicación y Democracia - Proyecto multimedia sobre Derecho a la Comunicación", con el objetivo de promover la formación de la ciudadanía sobre el Derecho a la Comunicación y estimular su compromiso y participación para hacer efectivo su cumplimiento como uno de los derechos humanos fundamentales para la democracia.
   El objetivo del proyecto es promover la formación de la ciudadanía sobre el DERECHO A LA COMUNICACIÓN y estimular su compromiso y participación para hacer efectivo su cumplimiento como uno de los Derechos Humanos fundamentales para la Democracia.

   

martes, 11 de mayo de 2010

Rodolfo Walsh/Ultimo verano

Diario Página/12, suplemento Radar 25.03.07

Hoy se cumplen exactamente 30 años del asesinato y desaparición de Rodolfo Walsh a manos de un grupo de tareas de la ESMA, a plena luz del día y cuando Walsh terminaba de despachar en un buzón su “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. En este relato, Lilia Ferreyra, su mujer y compañera, recuerda esos meses de clandestinidad y esperanza en los que Walsh, ya convencido de la derrota armada y sin abandonar la organización, planteaba el repliegue de Montoneros para evitar el aniquilamiento: no se trataba de darse por vencido, sino de reencauzar la lucha por otras vías. En lo personal, comenzaba a organizar su nueva forma de acción política como una producción totalizadora que abarcara la denuncia, el testimonio, el análisis político e ideológico y el relato literario. Además, escritores, periodistas y amigos le rinden homenaje.

Por Lilia Ferreyra


Era la noche del 24 de marzo de 1977. Sobre la angosta mesa de madera que usaba como escritorio y despejábamos para comer, estaban las primeras cinco copias de la “Carta de un Escritor a la Junta Militar”. Salimos de la casa y nos quedamos parados bajo el cielo sin nubes, luminoso de estrellas. Rodolfo empezó a señalarlas, dibujando en el aire las constelaciones, como tantas otras veces desde el muelle ya perdido sobre el río Carapachay. Su contemplación nunca fue pasiva. Había estudiado el mapa del cielo y le gustaba ubicar las formaciones celestes mientras hablaba de años luz y dimensiones sobrehumanas como aquellas en las que décadas atrás había imaginado el espacio tridimensional de un tablero de ajedrez para escribir el relato sobre una partida entre los dioses. Ahora, los dioses no existían, pero sí los mapas terrenales que siempre lo acompañaron. Necesitaba conocer con precisión obsesiva los territorios en los que vivía, anticipar los itinerarios por calles y lugares, conocer desde la perspectiva del mapa el espacio donde se iba a mover.

Ahí estábamos en medio de la noche, en ese campito de media hectárea donde vivíamos desde hacía unos tres meses, escuchando el suave siseo de los altísimos eucaliptus y del frondoso y antiguo laurel que marcaba el límite entre lo que iba a ser el jardín y la quinta.

–Quisiera plantar una doble hilera de álamos plateados desde la entrada a la casa. Cuando el viento mueve las hojas, suenan como lluvia fina –dijo recordando el campo de su infancia, en el sur bonaerense.

Dudé de que alcanzara el tiempo.

A la derecha, en un rincón, se pudría lentamente el mantillo que iba a abonar la tierra. Una capa de hojas, una capa de tierra y una capa de bosta que salíamos a recoger con una pala y una bolsa por las calles sin asfaltar de San Vicente siguiendo las huellas de los caballos al paso. Había aprendido a preparar el mantillo en un librito sobre horticultura que compró para que yo lo estudiara. Pero su curiosidad pudo más y cuando lo abrí ya estaba subrayado con alguno de los marcadores de colores que usaba para leer.

A la izquierda estaba el cuadrado de tierra húmeda y removida en el que esa misma tarde habíamos voleado las semillas de lechuga, la primera puesta en acción del proyecto de quinta que había ideado, con gallinero incluido. Como el terreno podía dar para algo más, quería averiguar sobre cultivos intensivos y llegó a fantasear sobre la producción de azafrán y la posibilidad de tener un tractorcito japonés multifunción.

Delante del almácigo de lechugas estaba el antiquísimo aljibe de ladrillo con su doble arco de hierro oxidado que descubrimos cuando llegamos a esa casa por primera vez. Aunque estaba seco, planeó recuperarlo en poco tiempo. La imagen del aljibe parecía una puesta en escena del cuento “Juan se iba por el río”, la historia de un argentino del siglo XIX que entre 1966 y 1967 Rodolfo había empezado a escribir como una novela, en realidad, un nuevo cauce del cuento “Cartas”, publicado en Un kilo de oro en 1967. En ese tiempo, su interés por la historia argentina había ido desplazando a la literatura. De sus periódicas recorridas por las librerías, volvía con libros como La historia del alambrado, Vida de muertos de Ignacio Anzoátegui o ejemplares de la colección El Pasado Argentino de Hachette, entre ellos las crónicas de los viajeros europeos del siglo XIX y el muy marcado Estampas del pasado de Busaniche. Rodolfo era un lector insaciable; leía con un lápiz en la mano y discutía con los autores, haciendo acotaciones a pie de página o en los márgenes.

Apoyada en el tronco del laurel estaba la estaca con la que días antes habíamos destruido un hormiguero. Había leído sobre ranchos invadidos por ejércitos de hormigas que obligaban a los gauchos a abandonarlos, convirtiéndose en taperas, y decidió librar también esa guerra contra la incontenible fuerza colectiva de la especie. Para conocer a fondo el mundo de las hormigas quiso que en alguna de mis idas a la Capital comprara el libro de Maeterlink. Aunque no lo conseguí, todos los días al anochecer, cuando las hormigas vuelven con su carga, las seguíamos con el farol para encontrar la boca principal del hormiguero.

–Detrás del laurel, entre las lechugas y el aljibe, va a pasar el túnel –había dicho señalando la trayectoria que íbamos a cavar bajo tierra para poder escapar si nos llegaba a rodear un cerco represivo. Para que los vecinos no sospecharan, quería montar un galponcito, pegado a una pared de la casa, para camuflar el lugar donde empezaríamos a cavar. Algo de tierra iba a ir al mantillo y el resto se diseminaría por el amplio terreno de la casita de San Vicente.

Habíamos llegado a San Vicente en diciembre del ‘76, llevando con nosotros algunos libros, sus papeles inéditos y lo necesario para la nueva vida cotidiana. También llevamos una foto de su hija Vicki que, después de su muerte en un enfrentamiento con el ejército, Rodolfo nunca pudo volver a mirar. Pero sí pudo escribir la noche del día de la insoportable noticia: “El verdadero cementerio es la memoria; ahí te guardo, te acuno, te celebro, y quizá te envidio, querida mía”. Y tres meses después, su “Carta a los amigos”, contándoles quién era Vicki y por qué murió. “No vivió para ella; vivió para otros y esos otros son millones –escribe–. Su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya y en ese orgullo me afirmo y soy yo quien renace de ella.”

A fines de 1976, convencido de que la derrota militar de Montoneros era irreversible, había planteado a sus compañeros la necesidad de un repliegue para evitar el aniquilamiento. No se trataba de darse por vencido sino de reencauzar la lucha por otras vías. Aunque sus propuestas caen en el vacío, Rodolfo empieza a preparar nuestro propio repliegue sin abandonar su lugar en la organización. “Hay que salir del territorio cercado, Buenos Aires.”

Fue así que iniciamos “la expedición al sur”. Siempre con un mapa a mano, Rodolfo había buscado en un mapa de la provincia de Buenos Aires un lugar próximo a la Capital donde hubiera agua. “Hay que seguir la ruta de las lagunas porque nos quitaron el Tigre. Necesito vivir cerca del agua.” Y encontró la más próxima: la laguna de San Vicente. Aunque los grandes juncales la habían reducido casi a un charco, no se desanimó cuando llegamos hasta allí. Los árboles, el silencio y la placidez de la siesta no lo hicieron dudar de la elección de San Vicente como la primera estación en el largo camino hacia el sur.

Ya instalados en la modesta casita –no había luz eléctrica, ni agua corriente ni gas–, comenzó a organizar su nueva forma de acción política. La concebía como una producción totalizadora que abarcaba la denuncia, el testimonio, el análisis político o ideológico, el relato literario. Y aunque no era un hombre inclinado a hablar de su pasado, sintió la necesidad de escribir también sobre las etapas y cambios de su vida desde una perspectiva distinta a la breve autobiografía que había publicado en 1965. Como nombre de entrecasa llamó “Memorias” –no le gustaba ese título– a esos futuros textos que girarían en torno de su relación con la literatura, con la política y con su propio mundo afectivo –su infancia, las islas, las mujeres, el campo–, el único al que alcanzó a ponerle título, “Los caballos”, antes de comenzar a teclear las primeras líneas.

Había nacido el 9 de enero de 1927 en la isla de Choele Choel, Río Negro, donde su padre, argentino nieto de irlandeses, era encargado de una estancia. Pasó su infancia en el campo, junto con sus tres hermanos varones y una hermana que luego sería monja. La crisis económica de los años ‘30 los golpeó duramente y Rodolfo fue enviado a un internado irlandés para huérfanos y pobres donde aprendió a defenderse con los puños y con su inteligencia. Rebelde, ingenioso y empecinado, esos rasgos de su infancia reaparecen en Mauricio, su personaje del cuento “Fotos”, que “probaba el filo del mundo y rebotaba y se lanzaba otra vez al asalto”. En sus memorias sobre su relación con la literatura, recordaba que su primera experiencia como narrador había sido oral: en ese internado había logrado captar la atención de sus compañeros, contándoles cada noche un capítulo de Los miserables de Victor Hugo, que su madre le había leído durante unas vacaciones en el campo. La intensidad vital de su experiencia escolar se refleja en los tres cuentos de la serie conocida como “De los irlandeses” y en un relato autobiográfico, “El 37”, año en que ingresó como pupilo en una de estas instituciones.

Como aberrante paradoja, estaba emparentado por vía materna con lord Kitchener, militar colonialista inglés nacido en Irlanda, quien organizó el primer campo de concentración del siglo XX en Sudáfrica, durante la Guerra de los Boers, donde murieron de hambre y abandono 20 mil personas. Ministro de Guerra de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, Kitchener fue el Tío Sam de los británicos en la campaña de reclutamiento. El cartel con su imagen fue muy convincente para un tío de Rodolfo, argentino hijo de irlandeses, quien se alistó con los aliados y murió en Salónica. La historia del “tío Willy que murió en la guerra” es el último cuento de la serie de los irlandeses y quedó inconcluso. No escribió sobre Kitchener y le alegró saber que los irlandeses del Eire lo odiaban.

Entre los escritos inéditos que robó de nuestra casa el grupo de tareas de la ESMA había otro relato autobiográfico que tituló “El 27”. En ese texto, escrito pocos meses antes de su muerte, reaparecen imágenes de su infancia, en la que se recorta la figura de su padre en el escenario de lo que Rodolfo llamaba la cultura de la tierra, “que hemos perdido”. Su padre no había sido un intelectual. Pero Rodolfo admiraba y respetaba a ese hombre de pocas palabras y lecturas que tenía el saber de la vida de campo, y dos grandes pasiones: los caballos, con los que hablaba, y el juego. Para alejarlo de naipes y apuestas, su esposa lo obligó a leer un libro: El jugador, de Dostoievski. El padre lo leyó en tres días y se lo devolvió sin decir palabra. Jamás volvió a leer otro libro, y siguió jugando hasta la última apuesta: un galope a campo traviesa con su caballo que rodó al pisar una vizcachera y lo mató. La madre y los hijos tuvieron que dejar el campo. Rodolfo tenía unos 20 años. Solo, para salvar del sacrificio al caballo de su padre, lo montó e hizo un viaje de 200 kilómetros por el sur, desde su casa hasta el campo de un tío donde podía dejarlo. A caballo, en medio de la pampa, ese viaje es casi anticipatorio de otros itinerarios de su vida.

Desarraigado de ancestros irlandeses y de cualquier canon familiar y académico, fue esencialmente un autodidacta que terminó su escuela secundaria a los 22 años y dejó inconclusa la carrera de Letras. Y fue esencialmente un autodidacta en su formación política que, desde su juvenil paso por la Alianza Nacionalista a la construcción de su pensamiento de izquierda, estuvo atravesada por las reveladoras vivencias de sus investigaciones, como los fusilamientos de Operación Masacre, El Caso Satanowsky y ¿Quién mató a Rosendo?. Su rigurosa coherencia entre la idea, la palabra y la acción fue definiendo sus opciones en la lectura de los textos políticos y siempre se dedicó a estudiarlos en función de su trabajo como escritor y periodista, y a partir de 1968, de su compromiso como militante de un proyecto colectivo en el campo del peronismo revolucionario.

En 1965 escribió en su breve autobiografía: “Operación Masacre cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior. En 1964 decidí que en todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía”. Pero no lo sentía como una determinación mística; podía cambiar, empezar de nuevo. Y en 1967, el cambio llegó de la mano de su amigo Paco Urondo, quien acababa de regresar de Cuba con una invitación para Rodolfo: ser jurado del Concurso de Casa de las Américas y participar en el Congreso de los Intelectuales.

Conocí a Rodolfo pocos meses antes de esa invitación. Tenía 40 años y ya había escrito casi toda su obra literaria y periodística. Gran parte de los últimos seis años los había vivido escribiendo en una isla del Delta, aunque siempre interesado por lo que pasaba en el país y en el mundo. Pero estaba inquieto, algo cansado de las presentaciones de libros, del mundo literario de entonces. Y profundamente conmovido como tantos otros por la muerte del Che. En ese mes de octubre del ‘67 escribe: “¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabrizio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana en el ‘59 y el ‘60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir…”. Pero la nostalgia y la culpa no opacan su lucidez y semanas más tarde termina de escribir “Un oscuro día de justicia”, otro cuento sobre el internado de irlandeses que gira en torno del poder que humilla, la dignidad del rebelde, el dolor de la derrota, y la esperanza inquebrantable en la astucia, la sabiduría y la paciencia de un pueblo para convertir un revés en victoria.

La primera vez que fui a su casa vi sobre la pared una gran foto en blanco y negro de La Habana y ahí supe que había vivido dos años en Cuba y trabajado en la agencia Prensa Latina. Pero nunca se explayó sobre las razones de su alejamiento de la isla. No era cubano, no había combatido en la Sierra Maestra; había llegado a La Habana después del triunfo de la Revolución. Profundamente respetuoso de los que forjan y actúan, a su regreso a Buenos Aires mantuvo un silencio de seis años que sólo quebró con dos líneas en esa breve autobiografía: “Me fui a Cuba, asistí al nacimiento de un orden nuevo, contradictorio, a veces épico, a veces fastidioso”. Recién en 1969, cuando ya se había producido su reencuentro con Cuba, menciona en el prólogo de “Los que luchan y los que lloran” al sectarismo como uno de los motivos que en 1961 explicaban la salida del director de Prensa Latina, Jorge Ricardo Masetti, de la agencia cubana. Y quizá también la de él. Aunque en Masetti había otra razón, quizá más crucial, vinculada a la gestación de la guerrilla rural en Salta. No había sido, en esos primeros años de la década del ‘60, la opción de Rodolfo. Sus procesos de cambio fueron lentos pero rigurosos.

Aquel enero del ‘68 en La Habana, donde se reencontró con sus amigos y compañeros de Prensa Latina y Casa de las Américas, y su participación en el Congreso de los Intelectuales, donde escuchó a los delegados de países que estaban en lucha por su liberación, marcó en forma irreversible el rumbo de su compromiso político. La Habana era la caja de resonancia de un mundo en cambio y los debates sobre el rol de los intelectuales abarcaba desde la creación de nuevos géneros literarios como el testimonio a la participación activa en la lucha revolucionaria. Al regresar a Buenos Aires, comenzó su militancia con las armas de su oficio de periodista y organizó el periódico de la rebelde CGT de los Argentinos donde escribió: “El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”.

Pero algo le preocupaba. Sabía que estaba iniciando un camino que le iba a absorber casi todo su tiempo. Y su tiempo, como el del país, fue vertiginoso. En 1973 se incorpora a la organización Montoneros. Integrado a un proyecto político-militar, trató permanentemente de hacer tomar conciencia al conjunto de sus compañeros sobre la racionalidad de una lucha político-militar, una lógica, si se quiere una ciencia, que no admitía improvisaciones. Para él, ese proyecto no podía asentarse sólo en la calidad revolucionaria de sus ejecutores, sino fundamentalmente en una correcta comprensión de la fuerza del enemigo, en la solidez de un pensamiento histórico y en la elaboración de una estrategia política global.

Su militancia estuvo signada por esa concepción. Así, ya meses antes del golpe militar del ‘76, Rodolfo veía con gran preocupación ese desenlace. En la edición de 1969 de Operación Masacre advertía: “Las torturas y asesinatos que precedieron y sucedieron a la masacre de 1956 son episodios característicos, inevitables y no anecdóticos de la lucha de clases en la Argentina (…) Que la oligarquía, dominante frente a los argentinos y dominada frente al extranjero, esté temperamentalmente inclinada al asesinato es una connotación importante, que deberá tenerse en cuenta cada vez que se encare la lucha contra ella”.

Por eso, y pese al tumultuoso proceso político que se desencadenó después de la muerte del Gral. Perón, Rodolfo se oponía a todo argumento que intentara justificar la necesidad de que los militares reasumieran el poder frente al desgobierno de Isabel Martínez. Porque no sólo los históricos aliados de los golpes militares en Argentina esperaban con aplausos ese golpe sino que en el propio campo popular y en la propia organización a la que pertenecía, Montoneros, había quienes consideraban que con la caída de Isabel se aceleraría el proceso revolucionario en el país.

Cuestionando esa concepción y previendo que la represión militar iba a alcanzar a todo tipo de expresión opositora, Rodolfo puso en marcha un proyecto de comunicación alternativa, la Agencia Clandestina de Noticias y Cadena Informativa. Y a fines de 1976, empieza a concebir la idea de escribir una serie de Cartas Polémicas, como él las llamó, que iba a firmar con su nombre y distribuir desde la más estricta clandestinidad. Se trataba de recuperar su identidad y, con ello, toda su trayectoria personal para hacerla valer como un arma en esta nueva etapa. Este proyecto de acción política también se desprendía de su total certeza de que la derrota de la resistencia armada era irreversible.

El 9 de enero de 1977, día en que cumplió 50 años, definió dos apuestas para el 24 de marzo del ‘77, aniversario del primer año de gobierno de la dictadura: terminar el cuento “Juan se iba por el río” y difundir la primera de esas cartas polémicas: la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. Durante tres meses trabajó en ese documento hasta que alcanzó el tono que quería: una reflexión estratégica sobre las razones más esenciales del golpe militar que “instauró el terror más profundo que ha conocido la historia argentina”. Y escribe el eje medular de su denuncia: “Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Contemporáneo de los hechos que denuncia, ese documento es considerado hoy, 30 años después, el testimonio más lúcido y revelador de esa nefasta etapa de la historia argentina.

El jueves 24 de marzo de 1977 celebramos haber ganado la apuesta. Afuera, junto al laurel estaba lista la precaria parrilla donde el sábado 26 Rodolfo iba a hacer el asado para compartir el festejo con su hija Patricia, su compañero Jorge Pinedo y sus dos hijos, María y Mariano, recién nacido.

El pasto cortado rodeaba la casita. En ese largo verano, varias veces lo había mirado mientras él, con el torso desnudo bajo el sol, aprendía a manejar la guadaña para cortar el yuyaje y limpiar el terreno con el mismo empecinamiento con que durante la noche leía y escribía.

Ahí estábamos en medio de la noche. Desde las sombras del jardín que imaginó, “va a ser un jardín criollo, las plantas mezcladas entre caminitos; no me gusta el parque inglés”, se veía el rectángulo de luz cálida que reflejaban los faroles de querosén en las cortinas –una roja y otra amarilla– que habíamos colgado ese día en las dos ventanas. Lo real y lo imaginado se fundían en una placidez casi perfecta. Rodolfo me abrazó alegre: “Al fin tenemos nuestra casa”. Ambos sabíamos que ese fin, esa casita, era sólo una escala de su compromiso inclaudicable. Igual que todas las noches de esos últimos meses, entramos para tener todo listo ante un posible ataque: cargar las armas y montar las dos granadas de fabricación casera que quedaban en la mesa de luz, al lado del vaso de agua. Como una escena de su obra La Granada, muchas veces temí quedar soldada eternamente a esa latita letal.

Así, poco antes de la medianoche de ese 24 de marzo, primer aniversario del nefasto golpe del ‘76, terminó de teclear las otras cinco primeras copias de la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. “Sin esperanzas de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.”

El día siguiente fue la tarde de su muerte. Un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada lo emboscó en una calle de Buenos Aires. Pero no alcanzaron a evitar el disparo más certero de su mejor arma: media hora antes, Rodolfo había descargado en un buzón de Buenos Aires las primeras copias de la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”.

En 1972 había escrito en su diario: “Si yo muriera mañana una parte de mi vida –esta parte de mi vida– podría parecer insensata y ser reclamada por algunos que desprecio e ignorada por otros a los que podría amar. Desde luego esa reivindicación personal no es lo que más importa (aunque no sea totalmente capaz aún de renunciar a ella), lo que importa es el proceso que ha pasado por mí, la historia de cómo yo cambié y cambiaron los demás y cambió el país.

Imagino también un inventario de las cosas que quiero y las cosas que odio: ya lo dije.

Las cosas que quiero: Lilia mis hijas el trabajo oscuro que hago los compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los que piensan y forjan y planean los que actúan el análisis claro la revelación de lo escondido el método cotidiano la furia fría los títulos brillantes de mañana la alegría de todos la alegría general que ha de venir un día la gente abrazándose la pareja en su amor la esperanza insobornable la sumersión en los otros.”

Como un hilo tendido hacia el futuro, esas palabras se afirman en mi memoria, el verdadero cementerio donde treinta años después sigo celebrando su vida.
Tomado del blog Periodismo y literatura

Cómo comunicar las ciencias

Para quienes nos parecía que la ciencia no tenía nada que ver con nuestro mundo y con lo que nos rodea, para quienes pensaron que la ciencia era aburrida por naturaleza, aquí pueden leer un trabajo interesante sobre cómo es posible comunicar el mundo de la física a través de los códigos del cine y lal iteratura.

domingo, 25 de abril de 2010

La comunicación humana

Tarea: 
Estimados alumnos de 2do. 3ra. 
a. Sugiero copiar el texto que sigue a estas consignas  en un archivo de word e imprimirlo para leer.
b. Luego de leer el texto respondé las siguientes cuestiones:
   1. ¿Qué información nueva sobre la comunicación aparece en este texto?
   2. ¿Qué factores pueden influir en la comunicación?
    ¿Qué factores podrían influir en el mensaje que elaboraste en clases anteriores con tu compañero/a?
   3. ¿En qué nivel de comunicación incluirías el mensaje creado?
  4. ¿En qué modelo de comunicación de los que se detallan a continuación incluirías tu texto/mensaje?
   5. ¿Qué podrías mejorar de tu producción a partir de lo leído, qué aspecto de tu mensaje podría ser reelaborado? ¿por qué lo reelaborarías? 
 

OBJETIVOS: 

*Evaluar los factores que intervienen para que se produzca una comunicación adecuada.
*Comprender la importancia de una buena comunicación como base para una adecuada relación. 

CONTENIDOS: 

1. 1. Naturaleza de la comunicación humana.
1.2. Definición de la comunicación.
1.3. Algunos factores que influencian la comunicación.
1.4. Niveles de comunicación.
1.5. Modelos de comunicación humana
1.6. Sistemas de comunicación según V. Satir.
1.7. Algunos principios de la comunicación según la Escuela de Palo Alto (Bateson, Watzlawick, Beavin, Satir. (1967) 

 

TEMA 1. GENERALIDADES SOBRE LA COMUNICACIÓN. 

1.1. Naturaleza de la comunicación humana. 

En nuestros días todo el mundo reconoce que la sola manera de establecer, mantener y mejorar los contactos humanos es la comunicación interpersonal. 

La comunicación es un proceso privilegiado y único que identifica el comportamiento humano. "Somos en la medida en que nos comunicamos".  
En la modalidad Comunicación, Arte y diseño se busca  que los estudiantes aprendan -a partir de diversos lenguajes- construyan  mensajes que  generen  cumplan el propósito buscado, logren una respuesta por parte de los  receptores y que resulten eficaces.

El punto de partida para lograr mensajes eficaces es  comprenderse. El ser humano debe ser comprendido por el otro y para ser comprendido por el otro, debe también comprenderse. Una de las dificultades de este proceso reside en el aspecto complejo y multidimensional de la comunicación. Esa un proceso que no podemos ni resumir en unas líneas ni dominar en unas horas. 

1.2. Definición de la comunicación. 

La comunicación es un proceso continuo y dinámico formado por una serie de acontecimientos variados y continuamente en interacción. La esencia de una comunicación eficaz es la respuesta comprensiva a esta serie de variables. La comunicación no es una transferencia de informaciones de un individuo a otro. A través de lo que vamos a abordar en esta asignatura mostraremos como los diferentes significados de los mensajes humanos no pueden ser transmitidos tal cual de un individuo a otro, sino que estos deben ser clarificados y negociados por ambos, dado que pueden estar influenciados por numerosas variables. 

1.3. Algunos factores que influencian la comunicación. 

La percepción.
La imagen que uno se hace del mundo y del otro es un elemento esencial en la comunicación. Para percibir es preciso sentir, interpretar y comprender el mundo en el cual uno vive. La percepción es pues un gesto personal e interno.

Todos los datos que un individuo posee sobre el mundo deben pasar por sus sentidos. Sin embargo ver no es siempre creer. Sabemos, y esto nos lo han descubierto los especialistas de la comunicación, como los límites fisiológicos del ser humano como son su ojo y su cerebro, pueden frecuentemente ocasionar errores. 

Los valores, las creencias. 

Los valores están muy relacionados con la estima. Mucha gente no valora más que lo que tiene importancia para ella. Los valores influencian en gran manera el proceso de comunicación porque lo mismo que las percepciones son diferentes para cada uno.

Los sistemas de valores difieren entre las personas por varias razones: la edad, la transición de la infancia a la adolescencia, el mundo del trabajo, los estudios, la situación de pareja, las relaciones parentales ... son factores que modifican u orientan de forma diferente la vivencia de los valores personales.

Las enfermeras deben llegar a saber abordar y resolver estos conflictos de valores, pues las dificultades inherentes a estas diferencias individuales en los profesionales del equipo de cuidados crean incertidumbre y confusión en los pacientes y sus familias. 

Las creencias pueden, globalmente, tomar tres formas:
a) Racionales, es decir, las que están basadas en evidencias conocidas.
b) Ciegas, es decir, las que uno adquiere en ausencia de toda evidencia.
c) Irracionales, es decir, las que uno conserva a pesar de las evidencias contrarias. 

Lógicamente las enfermeras cuyas acciones están basadas en teorías un tanto dogmáticas, tratan de ajustar sus acciones a sus ideas preconcebidas y deforman así sus experiencias personales, y aunque la realidad no sea a menudo más que una de las múltiples descripciones posibles de los seres y de las cosas, a menudo es tomada por algo adquirido, y por esta razón, no se cuestiona. 

Los aspectos sociales y culturales. 

Cada sociedad y cada cultura suministra a sus miembros su propia explicación sobre las estructuras y sobre el significado que le da a las cosas. Estas informaciones dan nacimiento a ideas preconcebidas y a generalidades respecto a la forma de ver los otros. Estas ideas preconcebidas, aprendidas a una edad muy temprana, son tan sutiles que a menudo son hasta desconocidas. Sin embargo estas limitan, de manera importante, el estilo de comunicación y de interacción de una persona con otras. Por tanto, si estas generalizaciones y estereotipos sociales y culturales interfieren en nuestras relaciones, estas pueden también modificarlas.

Por tanto la comunicación está íntimamente relacionada con los aspectos sociales y culturales. La cultura enseña a los individuos cómo comunicar a través del lenguaje, los gestos, los vestidos, la comidas, la forma de utilizar el espacio, etc...

Si las enfermeras no conocen estos aspectos sociales y culturales de los pacientes les va a ser difícil saber el sentido a veces tan diferente que ellos dan al mensaje que reciben. Por ejemplo, eructar, en algunas culturas es una forma sana de saber vivir, mientras que en otras es como un insulto y falta de delicadeza. 

Los aspectos familiares. 

Para entender el mundo, podemos estudiar la familia: situaciones críticas como la autoestima, el poder, la intimidad, la autonomía, la confianza y la habilidad para la comunicación... son partes vitales que fundamentan nuestra forma de vivir el mundo. Por tanto para cambiar nuestra relación con el mundo, tenemos que cambiar a la familia. Virginia Satir nos dice: " la vida familiar es como un témpano de hielo: la mayoría percibe sólo la décima parte de lo que sucede, la décima parte es lo que se puede ver y escuchar. Algunos sospechan que ocurre algo más, pero no saben qué es y no tienen idea de cómo pueden averiguarlo ". 

El estado anímico de cada persona. 

Todos constatamos cómo nuestro estado anímico nos condiciona en nuestras relaciones. Nuestro cansancio, nuestras preocupaciones, ansiedades, miedos, depresiones, etc. 

1.4. Niveles de comunicación. 

La comunicación puede situarse al menos a tres niveles diferentes: Intrapersonal, interpersonal y pública. 

a) Intrapersonal, cuando el individuo se envía un mensaje a él mismo (al interior de sí mismo). Por ejemplo: cuando la enfermera se dice: "estoy terminando esta cura, voy a ir ahora después a ver al paciente Pedro". Este proceso de comunicación precede los otros dos niveles e implica la percepción de sí y de los otros, elementos esenciales de toda comunicación. 

b) La comunicación interpersonal, podemos decir que incluye todo lo que vamos a decir sobre la comunicación entre dos personas, o en la relación terapéutica con pacientes y familia... y que nosotros abordaremos desde la corriente humanista. 

c) La comunicación pública, es la que tiene lugar entre una persona y varias otras. La mayor parte del tiempo toma la forma de un discurso público.  

1.5. Modelos de comunicación humana. 

Una de las mejores maneras de ilustrar la naturaleza y los elementos de la comunicación humana es la utilización de un modelo o de una representación visual.

Los modelos son utilizados con fines diversos. Así la carta geográfica de un territorio preciso puede ser utilizada para planificar una visita. En el campo de la enfermería, un gráfico puede ser utilizado para evaluar la situación global del paciente, (por ejemplo la temperatura). Sin embargo los modelos no nos dan una visión completa de todos los elementos, pero sí un resumen que nos facilita la comprensión. Su utilización puede a veces darnos una simplificación equivocada de la realidad. 

Comunicación acción. 

La comunicación en tanto que acción forma parte de una concepción lineal del proceso. Esta es en sentido único: A habla a B. Los interlocutores intentan transferir directamente a los otros sus pensamientos e ideas. 

Emisor Receptor. 

Detrás de esta concepción lineal, hay dos hipótesis importantes:
a) es importante la habilidad para comunicarse y
b) se transmiten directamente la significación de los hechos .

Lógicamente en este tipo de comunicación no se tienen en cuenta las variables enunciadas anteriormente (percepción valores, etc.,) El receptor tiene un rol pasivo que no afecta para nada al emisor. El énfasis se pone sobre todo en la transmitir bien los mensajes. Si hay incomprensiones, o bien se le echa la culpa al emisor por no transmitir bien su mensaje, o bien al receptor porque no ha sido capaz de comprender bien el mismo. Es evidente que este modelo de comunicación es insuficiente e impreciso. 

Comunicación - interacción. 

La comunicación interaccional nos pone de manifiesto el carácter recíproco y mutuo de la comunicación. Implica a las dos personas que quieren entrar en relación y que deben ser capaces de ponerse en el puesto del otro. Cada uno de los interlocutores intenta percibir el mundo del otro, ver las cosas desde la perspectiva del otro. Por tanto la comunicación se hace en los dos sentidos, y no en sentido único como en la comunicación-acción. Es por tanto un proceso circular en el que los participantes deben a su vez ser emisor y receptor.

Es evidente que esta perspectiva es menos reduccionista que la anterior. Sin embargo ésta aún aparece como muy simple. Cuando es evidente que la comunicación es mucho más compleja que una simple transcripción de una retroalimentación o de feed-back. 

Comunicación-transacción. 

En la comunicación interacción hay una influencia mutua entre los dos comunicantes. En una transacción los participantes son los dos a la vez comunicadores. Es un proceso más bien de influencia mutua que de intervenciones en tumo.

En la perspectiva de la comunicación transaccional, los participantes están en relación el uno con el otro en el momento en el que comunican. Por ejemplo, en cada díada de comunicación, hay al menos seis personas implicadas. A como él se ve, A tal como lo ve B, A como piensa que B lo ve; B como el se ve, B tal como es visto por A, y B como piensa que A lo ve. Hay pues, a parte del contenido, un mensaje que concierne a la relación existente entre los dos comunicantes.

Así cuando A encuentra a B en el pasillo y le dice "Buenos días, ¿cómo estás?" y que B le responde "Bien, gracias" y este continua su camino, el comportamiento de B se convierte en un mensaje sobre las relaciones existentes entre A y B. Sus comunicaciones siguientes estarán pues influenciadas por la percepción que A se ha hecho de B según la respuesta de este. Si según A, B se ha alejado rápidamente para evitarle, esta percepción influenciará específicamente la relación entre A y B en su próximo encuentro. 

El modelo de comunicación según el interaccionismo simbólico. 

Este modelo sitúa la comunicación humana en el nivel de las relaciones interpersonales y considera a los individuos en su globalidad. Los interlocutores forman siempre parte integrante de un sistema social específico. Durante la comunicación, ciertos acontecimientos que se producen vienen del interior de los participantes (intrapersonal) mientras que otros son externos y se producen entre los individuos (interpersonal).

Según este modelo en cada secuencia de la comunicación individual encontramos cinco fases diferentes: La entrada de datos (imput), la decodificación, el nacimiento del mensaje, los factores del medio ambiente y la finalidad conseguida por la respuesta (objetivo) 

a) La fase de entrada de datos (imput) 

Es aquella en la que el comunicador, impulsado por un objetivo preciso por diferentes estímulos internos o externos, se siente forzado a comprometerse en una relación social con otra persona. 

b) La fase de decodificación. 

La persona intenta interpretar los datos recibidos para a continuación desarrollar y organizar un ensayo de mensaje antes de emitirlo. En primer lugar el individuo examinar las informaciones que le conciernen personalmente, a continuación las otras y ensaya imaginar en el pensamiento las acciones posibles a llevar a cabo así como las posibles reacciones de los otros. Estas evaluaciones consecutivas de las estructuras sociales y de las consecuencias posibles de su comportamiento le permiten organizar los mensajes futuros para que los otros respeten en la medida de lo posible los diferentes datos. Este proceso representa la retroacción intrapersonal.

Esta fase de decodificación y de interpretación es verdaderamente el nudo del proceso de comunicación. Es ahí, en enfecto donde el individuo decide a quien dirigir el mensaje, lo que dirá cómo lo dirá y si tiene lugar enviar un mensaje. 

c) El nacimiento o elaboración del mensaje. 

La tercera fase del proceso es la de la transmisión del mensaje propiamente dicho y de la elección de los instrumentos. El mensaje emitido por A se convierte en un estímulo para B. B se compromete a su vez en una fase de retroacción y genera un nuevo mensaje que se inscribirá en un medio ambiente específico, es decir en la cuarta etapa de la secuencia de A.

Una segunda retroacción interpersonal liga los factores del medio ambiente de la fase de decodificación. 

1.6. Sistemas de comunicación según V. Satir. 

Según V. Satir, hay ciertos patrones universales como la gente se comunica. Las personas resuelven de cuatro maneras los efectos negativos de la tensión o del estrés. Estos cuatro patrones los llama : Aplacar, culpar, calcular, distraer. Estos se presentan cuando una persona responde al estrés y, al mismo tiempo siente que disminuye su autoestima.

"Al comenzar a comprender estos patrones, vi que la autoestima quedaba enganchada con facilidad cuando el individuo no había desarrollado un seguimiento de valía personal sólido y bien apreciado. Cuando una persona tiene dudas sobre su valía personal, suele recurrir a los actos y respuestas de los demás para encontrar una definición personal... Recomiendo que todo lo que reciban del exterior sea tratado como algo que deben resolver y no como una forma de definición personal".

Las situaciones de estrés o tensión, por sí mismos no deben representar un ataque contra la autoestima. La sensación de tensión puede ser dolorosa o irritante, más esto no es equivalente a dudar de nuestro valor individual.

Analicemos los cuatro patrones universales que utiliza la gente para resolver la amenaza del rechazo. Al sentir y responder a la amenaza, un individuo que no desea revelar su identidad tratará de disfrazarla de una de estas formas: 

1. Aplacar: para que la otra persona no se enfade.
2. Culpar: para que la otra persona la considere fuerte (si el compañero se marcha, será por culpa suya, no mía).
3. Calcular: para enfrentar la amenaza como si fuese inocua, y la autoestima personal se oculta detrás de impresionantes palabras y conceptos intelectuales.
4. Distraer: para ignorar la amenaza, actuando como si no existiera (tal vez si actúo así suficiente tiempo, de verdad desaparezca).
Nuestros cuerpos han aprendido a reflejar nuestros sentimientos de valía personal, sin damos cuenta. Si nuestra autoestima está en duda, nuestros cuerpos expresarán esto mediante alguna manifestación básica. 

Aplacador: 
Palabras : aceptación "lo que quieras me parecerá bien. Sólo sirvo para hacerte feliz".
Cuerpo : apacigua "Soy un desvalido" - reflejado en la postura de víctima.
Interior: "siento que soy nada; sin ti no vivo. No tengo valor alguno".

El aplacador habla con tono de voz congraciador, trata de agradar, se disculpa y nunca se muestra en desacuerdo, sin importar la situación. Es el "hombre sí" que habla como si nada pudiera hacer por él mismo; siempre tiene que recurrir a la aprobación de los demás.

Para un buen papel aplacador, es muy útil que quien lo interpreta piense que nada vale ; que tiene suerte de que le permitan comer; que debe gratitud a todos, y que es responsable de todo lo que salga mal ; sabe que podría hacer cualquier cosa si utilizara el cerebro, pero reconoce que no lo tiene.
Quien interprete este papel debe adoptar una actitud melosa, de mártir y humilde... 

Acusador (inculpador): 

Palabras : desacuerdo, "Nunca haces algo bien". ¿Qué te sucede ?
Cuerpo: acusa, "Yo soy el que manda aquí".
Interior : "me siento sólo e inútil".

El inculpador o acusador es aquél que encuentra defectos, un dictador, un jefe que adopta una actitud de superioridad, y parece decir: "Si no fuera por ti, todo estaría bien". El sentimiento interno tensa músculos y órganos; entre tanto la presión arterial aumenta. La voz es dura, tensa y a menudo aguda y ruidosa. Suele señalar con un dedo acusador. Al acusador le interesa más maltratar que descubrir algo.

Cuando inculpes, respira con inhalaciones cortas, o aguanta la respiración, tensando los músculos del cuello. Tu rostro está contraído, los labios curvados con una mueca, las aletas nasales distendidas al tiempo que gritas, insultas, criticas todo lo que tienes a la vista... 

Calculador: 

Palabras: superrazonables "Si alguien observara con detenimiento, podría notar que uno de ustedes tiene las manos maltratadas por el trabajo".
Cuerpo: calcula" Soy sereno, frío y controlado".
Interior: "Me siento indefenso"

El calculador es un individuo muy correcto, razonable, que no muestra sentimiento alguno. Esta persona parece tranquila, fría, contenida y es posible compararla con una computadora o diccionario. El cuerpo se palpa seco, frío, y tiene una actitud distante. La voz es seca y monótona, y las palabras suelen ser abstractas.

Cuando seas calculador o comaputadora, utiliza las palabras más largas que hayas escuchado, aún cuando desconozcas sus significado ; así al menos,parecerás inteligente. De cualquier manera después del primer párrafo, nadie te atenderá.

Cuando calcules, tu voz se apagará de manera natural, debido a que no habrá sensaciones por debajo del cráneo. Tu mente se concentra en impedir el movimiento, y te encontrarás muy ocupado en buscar palabras adecuadas. Después de todo, nunca debes cometer errores. Lo triste de este papel es que representa el ideal de muchas personas. "Di lo correcto, no muestres emoción. No respondas". 

Distractor: 

Palabras: irrelevantes. Las palabras carecen de sentido o no tienen relación alguna con el tema.
Cuerpo: angulado "Voy por otra parte".
Interior: "a nadie le importo. Aquí no hay sitio para mí".

Cualquier cosa que haga o diga el distractor será irrelevante a lo que los demás hagan o digan.
Esta persona no responde a la situación. Su sentimiento interno es de aturdimiento; la voz puede ser sonsonete que, a menudo, no armoniza con las palabras, y puede volverse aguda o grave sin razón porque está enfocada en el vacío.

Cuando interpretes el papel del distractor, será útil que pienses que eres como un trompo que gira sin cesar y no sabe a dónde va, y sin darte cuenta de que has llegado a un sitio. Estás muy ocupado en mover la boca, el cuerpo, los brazos y piernas. Asegúrate de nuna y al grano con tus palabras. Ignora las preguntas de los demás; quizá puedas responder con otra relacionada con un tema distinto.

Al principio, este papel te brindará alivio, pero después de unos minutos, sentirás la aparición de una terrible soledad y falta de propósito; empero si te mueves con suficiente rapidez, no lo harás... 

1.7. Algunos principios de la comunicación según la Escuela de Palo Alto (Bateson, Watzlawick, Beavin, Satir... 

1967. Bateson Watzlawick, Beavin Jackson, Satir... de la Escuela de Palo Alto (Califomia). Estos autores profundizan en la comunicación como un proceso de interacción (o intercambio de mensajes entre dos personas). La comunicación y el comportamiento son prácticamente sinónimos, pues, todo comportamiento es comunicación y toda comunicación afecta al comportamiento. A través de la comunicación se puede deducir el tipo de relación existente.

La meta-comunicación es la comunicación a diferentes niveles.
La teoría sistémica no tiene en cuenta solamente el efecto del comportamiento del emisor sobre el receptor, sino también el efecto que produce en el emisor la reacción del receptor. Entre emisor y receptor hay un intercambio de información que va a definir la relación que les une. 

Son conocidos los axiomas de Watzlawick: 

a) "No podemos no comunicar".
b) Toda comunicación presenta dos aspectos: el contenido y la relación, de tal manera que el segundo engloba el primero y por consiguiente se convierte en una metacomunicación.
c) Todo intercambio de comunicación es simétrico o complementario, según que esté fundamentado en la igualdad o la diferencia.
d) La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los dos interlocutores. 

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA. 
SATIR V (1 99 l). Nuevas Relaciones Humanas en el núcleo familiar. México: Pax. 
WATZLAWICK, P., WEAKLAND, J.H. Y FISCH, R. (1985) Cambio. Barcelona: Herder. 
WATZLAWICK, P., BEAVIN, J. Y JACKSON, D. (1983) Teoría de la comunicación humana. Barcelona: Herder. 
WILSON et KNEISL.(1982). Soins infirmiers psyquiatriq. Montreal: Renouveau pédagogique. 
SILES, J. (1996) Pasado, presente y futuro de la Enfermería en España. Perspectiva histórica y fenomenológica. Alicante. Cecova. 
CIBANAL, L. SILES, J., ARCE, M. C. (2001) El significado está en las personas, no en las palabras (Hacia una comprensión cultural de la comunicación) 2º Congreso Virtual de Psiquiatría.
Fuente de este texto: Ténicas de comunicación 

sábado, 17 de abril de 2010

Comunicación



  CONTRATAPA  Por Sandra Russo

La comunicación es algo inevitable. Nada ha impedido, desde el principio de nuestra especie, que en las circunstancias más adversas las personas hayan logrado comunicarse. Uno de los ejemplos más potentes es el lenguaje nushu, de las mujeres de Human. El lenguaje secreto de esas mujeres chinas, vigente a lo largo de mil años, se extendió a los abanicos y a las vendas que llevaban ellas en los pies, fracturados en la infancia por sus propias madres para impedir que crecieran. Aquellas criaturas torturadas, asimismo verdugas de sus hijas, sometidas atrozmente a un régimen de desprecio de género, crearon un lenguaje que alcanzó los 700 caracteres: imágenes que bordaban en las vendas de sus pies y a través de los que se comunicaban entre ellas. No podían hablar en público ni salir de sus casas. El nushu floreció antes que nada en las gargantas: comenzaron cantando pequeños quejidos agudos de pájaros enjaulados. En 2004 murió la última mujer china que conocía el nushu. Los hombres nunca pudieron descifrarlo.

Recuerdo ahora el libro de Alberto Trotta, preso político de la dictadura de Lanusse, en el que cuenta cómo en Coronda, estando incomunicados en un penal hombres y mujeres en pisos distintos, hallaron la manera de establecer contacto a través de las tuberías de los inodoros. Uno imagina a esos pequeños grupos de hombres y mujeres, cada uno en su piso, arremolinados alrededor de los inodoros por la madrugada, celebrando las noticias que iban y venían por la tubería y después los chistes y las canciones. Llegaron a reproducir un carnaval carioca en una noche de éxtasis.

El acto de comunicación es un impulso vital que nos acompaña y que convive con la conciencia de estar solos dentro de nuestras pieles. La comunicación rompe el aislamiento, rompe la pulsión de Apolo, borra a ese sujeto solo remando en su propio bote, sin posibilidad de tocar o ser tocado por la realidad de los otros en sus botes.

La comunicación pertenece al otro reino, el de Dionisio, el del vino, acaso porque el contacto con los otros nos desequilibra y nos pone en búsqueda de otros equilibrios. Lo que es estable en nosotros, se tambalea al contacto con otros. Los otros son los que nos ayudan a dimensionar, a confirmar, a dudar. Trastabillamos entre ellos. O mejoramos. Lo que nos pasa con ellos es una forma de nosotros mismos.

Desde hace ya un tiempo largo, a propósito de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en la Argentina se habla de medios y de información. Vivimos en Sociedades de la Información, que últimamente se han vuelto Sociedades de la Desinformación. No es un problema argentino; el contexto mundial es el que pone sobre el paño a la información y la interroga. El contexto, que es el del capitalismo globalizado, le pregunta a la información: ¿De qué me informa? ¿De qué me desinforma? ¿Hacia dónde me inclina? ¿Quién me lo dice? ¿Por qué me lo dice? ¿Por qué dice esto y no otra cosa? ¿Cuáles de todas esas otras cosas que no me dice son relevantes y cambiarían mi perspectiva sobre alguna cuestión? ¿Soy libre ante esta información? ¿Tengo herramientas para darme cuenta de si es falsa o artera? ¿Y si solamente es trivial? ¿Cómo encaja esta información en toda mi otra información, la que ya tengo? ¿Y de dónde saqué toda esa información que tengo? ¿De la misma fuente? ¿Hay otras?

Nada detendrá la crítica sobre la información, como en décadas pasadas la publicidad fue puesta en discusión y de ese debate la publicidad salió resignificada: lo publicitario perdió su inocencia, y aunque se sigan vendiendo autos con mujeres hermosas, los clientes al menos aspiran a otras mujeres así de hermosas, no a la chica del aviso.

Mi primer impulso hacia la comunicación fue en plena dictadura y en plena adolescencia. Un día me dijeron que dos chicos que pasaban por la calle hacían una revista. Nunca se me había ocurrido eso: que se podía “hacer” una revista. Yo creía que las revistas eran todas como Gente o 7 Días, que me eran indiferentes. Los seguí a esos chicos. No los conocía, pero esa misma noche estábamos en un bar de la estación, charlando. Era la época de las revistas contraculturales, y las hubo por docenas en los barrios. No lo sabíamos. Ningún medio reflejaba ese fenómeno, de modo que cada grupo de adolescentes, en sus barrios, creía que era necesario “hacer” revistas.

Eramos los hijos del silencio que había dejado otra generación. Uno no tenía lenguaje ni discurso. Pero así fue que no estuvimos solos. Escribiendo, fotocopiando, abrochando, vendiendo una revista muy olvidable, salvo por haber sido, generacionalmente, un primer gesto de comunicación y resistencia.

La ley de medios trae un espíritu desconocido en la Argentina hasta ahora. El ánimo multitudinario de emitir mensajes para que otros puedan recibirlos, incorporarlos, asimilarlos, y para que los sumerjan en el mar desconocido de su propia información. Lo que esos otros nos digan, los mensajes que lleguen, traerán noticias sobre otras maneras de entender el mundo. Esa es la comunicación. Un intercambio de fluidos simbólicos.

La ley de medios revoluciona este statu quo de emisores impunes o movidos exclusivamente por un criterio comercial. Hay un oleaje frondoso de mensajes y una línea horizontalizada entre receptores y emisores que aguarda por nosotros. Para todos los que la hemos reclamado desde hace tantos años, para los que ahora la defendemos, esta ley hace tanta justicia que es imposible que la Justicia no lo vea.

17 de abril de 2010. Página 12 
Permalink:
http://m.pagina12.com.ar/diario/contratapa/index.html
 
Agradecimiento: a Perla Noriega de Librería Utopía, por pasarme esta nota y mantenerme actualizada en tiempos en los que no puedo recorrer todos los periódicos!

lunes, 29 de marzo de 2010

Actividades para trabajar el texto ¿Para qué sirve la comunicación? Una cuestión ética.

Consignas para analizar el texto luego de la lectura del texto de J. Saramago:
  1. Leé el siguiente texto teniendo en cuenta el título.
  2. Marcá en el texto los lugares donde el autor responde a la pregunta ¿Para qué sirve la comunicación?
  3. Enlistá las palabras que te impiden comprender el texto
  4. Elaborá un campo semántico relacionando todas las palabras que se asocian a Tecnología en el texto de Saramago.
  5. Construí una frase que resuma la idea más importante de cada párrafo.
  6. Teniendo en cuenta las frases del punto 3. elaborá un resumen del texto, empleando conectores y reordenando las ideas en los párrafos que consideres necesarios.
  7. ¿Qué tipo de texto es el que estás leyendo teniendo en cuenta la intención del autor? ¿A quién le escribe? ¿para qué escribe?
  8. Reconocé y extraé  del texto las siguientes operaciones discursivas que emplea el autor:
Cita, ironía, ejemplo, metáforas, oposición de ideas, pregunta retórica, descripción, narración.
  1. Explicá la frase: "El sueño de la razón engendra monstruos" podés incluir ejemplos en tu explicación.
  2. ¿Qué nos quiere decir el autor cuando anuncia: “el riesgo de deshumanización aumenta”? ¿Por qué realiza él semejante afirmación?
11.  ¿Estás de acuerdo con el planteo del autor? En caso afirmativo o negativo, fundamentá por qué lo estás.
 12. Después de haberlo leído y analizado en clase elaborá la lista de argumentos que podrían explicar para qué sirve la comunicación  teniendo en cuenta el texto y tu propia interpretación.

Encuentros de León Gieco


Vemos el video.

Reconocé con tus compañeros qué historia se cuenta.

Analizar la canción, explicar de qué habla y qué recursos estilísticos emplea para comunicar el mensaje.
Encuentros por León Gieco. Letra de la canción

Chispa de luz en los ojos
veo quien soy junto a otros
No tiene edad la escuela
hoy dibujé mi nombre en letras
Mirame ya, nombrame ahora
miedo no hay, ya no me toca
Puedo sentir que queda afuera
como un milagro la vergüenza
Voy a leer un cuento viejo
que escondí por mucho tiempo
Imaginé por los dibujos
era de adas, era de brujos
Migas de pan, camino largo
se las comió un día encantado
Renacerán sueños más lindos
entre amor, entre los hijos
Felicidad al encontrarte
algo de mi voy a contarte
acumulé más palabras
noche oscura, que aclara
Chispa de luz, en mi vergüenza
vos me enseñas, nombres y letras
con tu llave colorida
abro la puerta a la alegría.




La percepción y la comunicación


  • Luego de leer el artículo elaborá un texto donde expliques todas las relaciones que existen entre comunicación y percepción.
  • ¿Qué función cumple la percepción en el proceso de comunicación?
  • ¿Por qué la percepción contribuye al aprendizaje del mundo?

*La imagen de este post pertenece a Nicoletta Ceccoli

La Hormiga, Marco Denevi

   Un día las hormigas, pueblo progresista, inventan el vegetal artificial. Es una papilla fría y con sabor a hojalata. Pero al menos las releva de la necesidad de salir fuera de los hormigueros en procura de vegetales naturales. Así se salvan del fuego, del veneno, de las nubes insecticidas. Como el número de las hormigas es una cifra que tiende constantemente a crecer, al cabo de un tiempo hay tantas hormigas bajo tierra que es preciso ampliar los hormigueros. Las galerías se expanden, se entrecruzan, terminan por confundirse en un solo Gran Hormiguero bajo la dirección de una sola Gran Hormiga. Por las dudas, las salidas al exterior son tapiadas a cal y canto. Se suceden las generaciones. Como nunca han franqueado los límites del Gran Hormiguero, incurren en el error de lógica de indentificarlo con el Gran Universo. Pero cierta vez una hormiga se extravía por unos corredores en ruinas, distingue una luz lejana, unos destellos, se aproxima y descubre una boca de salida cuya clausura se ha desmoronado. Con el corazón palpitante, la hormiga sale a la superficie de la tierra. Ve una mañana. Ve un jardín. Ve tallos, hojas, yemas, brotes, pétalos, estambres, rocío. Ve una rosa amarilla. Todos sus instintos despiertan bruscamente. Se abalanza sobre las plantas y empieza a talar, a cortar y a comer. Se da un atracón. Después, relamiéndose, decide volver al Gran Hormiguero con la noticia. Busca a sus hermanas, trata de explicarles lo que ha visto, grita:

Arriba...luz...jardín...hojas...verde...flores..." Las demás hormigas no comprenden una sola palabra de aquel lenguaje delirante, creen que la hormiga ha enloquecido y la matan. 
  (Escrito por Pavel Vodnik un día antes de suicidarse. El texto de la fábula apareció en el número 12 de la revista Szpilki y le valió a su director, Jerzy Kott, una multa de cien znacks.)

                    del libro "Falsificaciones", de Marco Denevi. © 1969 CATALAYUD DEA 

Actividades para abordar la comprensión y análisis del cuento de Marco Denevi: La hormiga.

Posibles entradas al cuento La hormiga de Marco Denevi

1. Lectura del cuento de Marco Denevi: La hormiga.

a. Explicar por qué muere la hormiga en no menos de tres renglones.

2. -Escribir un discurso apasionante para convencer a la población de hormigas que está bajo tierra de que fuera de hormiguero la vida podría ser mejor.

-Usar las estrategias que consideren más apropiadas y convenientes. El discurso debe salvarle la vida a la hormiga protagonista de la historia.

-Pensar una lista de ideas que no deberían faltar en ese discurso. Incluirlas de manera que tengan algún efecto sobre la audiencia de hormigas.

3. Elegir un representante del grupo para pronunciar el discurso.

4. Selección por votación individual del discurso más convincente que podría salvar a la hormiga.

• A partir de un cuadro de evaluación de la oralidad los alumnos observarán el dominio de las competencias comunicativas que se requieren para oralizar un texto.

5.Pensar con el grupo grande: ¿qué aspectos del discurso hacen que sea el más eficaz? ¿Qué es más importante la forma o el contenido?

6. Trabajo individual.

Escribir un texto personal en el que expliques en qué medida los seres humanos nos parecemos a las hormigas de esta historia. (mínimo 12 líneas)

7. Investigue individualmente las relaciones entre esta historia, Los viajes de Marco Polo y Los viajes de Gulliver. Escribí con tu grupo un texto en el que se expliquen las posibles similitudes o puntos en común entre los personajes de las tres historias. (otras historias de viajeros que se parezcan, mencionar autor, argumentos de los textos o películas vistas)

Se preguntará individualmente al azar de qué trata los viajes de Gulliver y los de Marco Polo. (Ver Cristóbal Colón), también se pueden establecer relaciones con el mito pensado por el filósofo griego  Platón: mito de las cavernas 

Pájaros prohibidos. Eduardo Galeano

Hormigas. Eduardo Galeano

Pear Jam: Do the evolution

domingo, 28 de marzo de 2010

¿Existe alguna relación entre la comunicación y el mito de Babel?

A partir del Mito de Babel:

Lee atentamente el mito de Babel

Luego de la lectura pensar, debatir oralmente con sus compañeros y escribir un texto personal en torno a las siguientes cuestiones.

a. ¿Qué relaciones encuentras entre el mito y el mundo actual?

b. Haz una lista sobre todas las posibles conexiones del mito con la comunicación.

c. ¿A qué aspectos o situaciones que ocurren en el mundo se le puede otorgar la definición: "es una babel"?

d. ¿El término Babel connota positivamente o negativamente en los ámbitos donde suele aparecer? Explicá.

e. Observá la película "Babel" y señalá qué sentidos adquiere el título a partir de los hechos que se cuentan.

f. Elaborá una ficha con datos de autoría, argumento y opinión personal del film.

Mito de Babel


La Torre de babel (en hebreo: מגדל בבל‎ Migdal Bavel en árabe: برج بابل Burj Babil), es una construcción mencionada en la Biblia. Según se narra en el capítulo 11 del Génesis, los hombres pretendían, con la construcción de esta torre, alcanzar el Cielo.

Yahveh , para evitar el éxito de la edificacion , hizo que los constructores comenzasen a hablar diferentes lenguas, luego de lo cual reinó la confusión y se dispersaron.
La Torre de Babel, pintura al óleo sobre lienzo de Pieter Brueghel el Viejo.


Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámosnos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra».
Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel,[1] porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
[2]

Nimrod, quien fue el primero en hacerse rey después del Diluvio, y a quien la Biblia identifica como un poderoso cazador opuesto a Yahveh, es señalado como el verdadero gestor de la idea de llevar a cabo esta enorme empresa. Algunos han intentado identificarlo con Sharrukin o Sargón I de Akkad, el fundador del primer Imperio semita (acadio) de que se tiene memoria. Otros creen ver en este vigoroso cazador la figura del dios asirio Ninurta, dios de la guerra y de la caza que, como Nemrod, se placía en cazar a sus enemigos.

Al no disponer de piedra para la construcción, se decidió fabricar ladrillos. Y como tampoco contaban con cal, usaron betún como argamasa.

El tiempo aproximado de su construcción puede deducirse de la siguiente información. Péleg (cuyo nombre se perpetuó en el de una ciudad en la confluencia del Éufrates con el Khabor, mencionada en las tablillas de la ciudad de Mari, en el Éufrates medio, y que en la época grecorromana llevó el nombre de Phaliga) habría vivido desde aproximadamente 2269 hasta aproximadamente 2030 a. de J.C. Su nombre significa "División", porque "en sus días se dividió la tierra", esto es, "la población de la tierra"; "de allí los había esparcido Yahvêh sobre toda la superficie de la tierra".[3] Un texto cuneiforme de Shar-kali-sharri, rey de Akkad (y sucesor de Sargón I de Akkad), quien vivió en el tiempo de los patriarcas, menciona que restauró una torre-templo en Babilum (Babel, Babilonia), con lo que da a entender que tal edificio existía antes de su reinado. De hecho, en los registros sumerios aparece mencionada como Kadingira, que es el equivalente sumerio del akkadio Babilum. todos los arqueólogos occidentales intentaron ubicar esta famosa construcción en la zona del actual Iraq. Entre otros sitios, fue buscada en Akar Quf (al oeste de Bagdad), donde antaño existió Dur Karigalzu (las ruinas retorcidas de cuyo zigurat, identificado por algunos viajeros con la Torre de Babel, todavía desafía a los vientos que la han modelado); y en Birs Nimrud, donde se encuentran las ruinas de la antigua Borsippa, situada cerca de los restos de la antigua Babilonia, hacia el suroeste.

En 1913, el arqueólogo Robert Koldewey encontró una estructura en la ciudad de Babilonia que él identificó como la torre de Babel. Esta torre habría sido destruida y reconstruida en numerosas ocasiones, debido al cambiante destino de la zona. La destruyeron los asirios y también los arameos. Y fue reconstruida en varias oportunidades por los príncipes caldeos, entre ellos Nabopolasar (625-605 a. C.). Se estima que la construcción más antigua de la [[«Casa de la Fundación del Cielo y de la Tierra» se construyó durante el III milenio antes de Cristo.

La base de esta torre habría sido un cuadrado de 92 m de lado, y su altura original habría sido aumentada en tiempos de Nabopolasar y Nabucodonosor II (605-592 a. C.), para hacerla una digna exponente de su poderío y grandeza. Cálculos basados en otras excavaciones arqueológicas determinaron que esta torre escalonada pudo haber tenido entre 60 y 90 m de altura.

Se conserva una muy interesante y detallada descripción de este zikkurratu (zigurat) en los escritos de Heródoto, llamado el "Padre de la Historia", quien visitó Babilonia.
En medio de cada uno de los dos grandes cuarteles en que la ciudad se divide, hay levantados dos alcázares. En el uno está el palacio real, rodeado con un muro grande y de resistencia, y en el otro un templo de Júpiter Belo con sus puertas de bronce. Este templo, que todavía duraba en mis días, es cuadrado y cada uno de sus lados tiene dos estadios. En medio de él se va fabricada una torre maciza que tiene un estadio de altura y otro de espesor. Sobre esta se levanta otra segunda, después otra tercera, y así sucesivamente hasta llegar al número de ocho torres. Alrededor de todas ellas hay una escalera por la parte exterior, y en la mitad de las escaleras un rellano con asientos, donde pueden descansar los que suben. En la última torre se encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente dispuesta, y a su lado una mesa de oro. No se ve allí estatua ninguna, y nadie puede quedarse de noche, fuera de una sola mujer, hija del país, a quien entre todas escoge Dios, según refieren los Caldeos, que son sus sacerdotes.
[4]

Hoy sólo se conservan ruinas de ella ya que su construcción fue hecha con materiales muy sensibles a la intemperie.
Simbología 
La explicación bíblica del por qué de los diferentes idiomas ha tenido tres representaciones principales en el arte: la construcción de la torre, la destrucción de la torre y la confusión de las lenguas, seguida de la dispersión. Los dos primeros han sido mucho más representados.

La torre se representó en diferentes épocas al modo de las torres que en la época y el lugar se usaban, pero con rampas exteriores helicoidales a partir de finales del siglo XVI. El tema se hizo más raro a partir del siglo XVII.

El tema de la destrucción no se basa en el Génesis, donde sólo se insinúa, sino en el Apocalipsis, que lo trata en su capítulo 18. La escena se ha representado con grandes vientos o con rayos salidos del cielo. La confusión de lenguas se ha usado en conjunción con los anteriores, pero también asociado al milagro de las lenguas que se ponen a hablar los apóstoles en Pentecostés. Este último punto no tiene mucho sustento porque el Génesis fue escrito más de 1000 años antes del acontecimiento de Pentecostés y la torre existió 3000 años antes del mismo.

nota: salomon vivio 1000 años a.c y contruyo el templo el en año 480 despues de que los hijos de israel salieron de egipto, el que escribio el genesis fue moises, no en el 1000 sino por que salomon ya conocia el genesis de tiempo atras ya que el escritor (moises)habia vivido minimo 480 años antes. 1 reyes 6:1
Fuente: wikipedia

La web: un reflejo de la realidad

Por BBC Mundo, BBC Mundo, actualizado: 09/03/2010
La web, un reflejo de la humanidad
       Algunos soñaban con que la web haría que todos fuéramos iguales. Tras dos décadas, hay quienes se preguntan si se nos pasó la oportunidad.
      En el marco de la serie de BBC Mundo por los 20 años de la web, la científica social y periodista Aleks Kroteski se pregunta hemos perdido una gran oportunidad.
      La web es una innovación extraordinaria, con el mayor potencial para dar paso a un cambio social desde la invención de la imprenta o del motor de vapor.
Construida en base a una tecnología que es apolítica, no regulada y descentralizada, le permite a todo el mundo - hombres, mujeres, niños- ser creadores de información, más que consumidores pasivos
Es además una enorme biblioteca de la conciencia global, una colección digital de conocimiento humano del pasado y presente, presentado en un formato de fácil acceso.

    Como resultado, tenemos un poder sin precedentes para crear nuestra propia verdad y compartirla con el resto del mundo. La web ha permitido una igualdad de acceso que no se había contemplado nunca antes.
     Pero, ¿se habrá perdido ya la oportunidad de que se convirtiera en el gran nivelador social?

Sociedad utópica

Hace veinte años, la web fue colonizada por un grupo de personas que creían que la sociedad ideal era una sociedad igualitaria: todas las personas tenían el derecho de involucrarse, no debería existir una jerarquía y las normas se acordarían de forma mutua para el bien común.

Gente como el escritor estadounidense Steward Brand, el crítico Howard Rheingold y el poeta John Perry Barlow, creían que la inviolabilidad de un individuo era superior a la del estado nación, y que unir a las personas del globo sería suficiente para resolver los problemas mundiales.

Estas personas han pasado más de una década explorando las posibilidades de comunidades alternativas inmateriales en el ciberespacio en la protointernet.

Las primeras comunidades que establecieron, como el foro en línea Wells, tenían características parecidas a las comunidades libres en el mundo real, muchas de las cuales sufrieron cuando las poco definidas regulaciones degeneraron en explotación y el caos.

Pero los idealistas pioneros de la web mantenían que la nueva frontera digital proveería un terreno intelectual fértil en el que se podía crear una sociedad más libre y utópica.

Choque con la naturaleza humana

Sin embargo, la historia tenía planes diferentes para la web.

El punto de vista informal del comportamiento social en la web de los pioneros chocó con las características esenciales de nuestra naturaleza, nuestro deseo de tomar control, de poseer, y de sacar beneficio.

Ya antes habían surgido desigualdades implícitas, pero una vez la red se convirtió en un espacio para el beneficio comercial a mediados de los '90 y hubo una explosión de su población, situarse a la cabeza del montón - es decir, lograr la primera posición en los resultados de la búsqueda de Google- se convirtió en el punto de referencia de las ganancias financieras en la economía real.

El aumento exponencial en el contenido de la red a finales de los '90 y durante la última década ha significado que la fiabilidad y la credibilidad de la información son cada vez más difíciles de determinar.

Esperanza en la red

A un nivel individual, dependemos de amigos y familiares para saber en qué confiar y en qué creer, pero también buscamos expertos y otras personas de alto nivel social para que nos señalen el camino adecuado a seguir.

Jimmy Wales, fundador de la enciclopedia virtual Wikipedia, admite que a pesar de ser la estrella actual en la nivelación de la información, Wikipedia cuenta con jerarquías explícitas que determinan el conocimiento de quién es más valioso que el de otros.

Parece que al final la web es igual de desigual que nosotros.

Los que nosotros, los científicos sociales estamos descubriendo cuando observamos la web, como una plataforma de interacción social, es que, en cualquier medio, los seres humanos buscan jerarquías que les ayuden a darle sentido a nuestro mundo.

Resulta que esto es tan relevante en la red como fuera de ella. Después de todo, sólo podemos traer a esta tabula rasadigital lo que ya sabemos y hemos aprendido de nuestras experiencias.

A pesar de esto, personas como el ex vice presidente de Estados Unidos Al Gore siguen siendo optimistas.

Cuando habló con la BBC , insistió en que la naturaleza global de la red tiene el potencial de cambiar esto, ya que sociedades diferentes traen sus distintas perspectivas a la comunidad de la web.

Medio humana

    Cuando me uní al viaje a Ghana del inventor de la web Tim Berners-Lee, caí en cuenta de que las primeras huellas en la web que dejarán la mayoría de los africanos estarán por fuerza basadas en algo lo que los no af
ricanos han creado.

       Nuestras dos décadas dando forma a esta tecnología en maduración nos ha llevado hacía un instrumento que ha sido tallado a nuestra imagen y semejanza.

    En una aldea rural en las montañas a las afueras de Accra, capital de Ghana, me impresionó ver como los niños que utilizaban la red en el centro de la comunidad local veían el mundo de la información a través de la ventana de Google.

    El buscador funciona sobre el principio de "locura" o "sabiduría" de las masas, basando sus resultados en qué sitios de la red reciben el mayor número de vínculos a sus páginas.

     Hasta ahora, la mayoría de esas masas han estado compuestas por personas no africanas, por lo tanto la ventana que utilizan estos niños para buscar información no es africana. ¿Qué tipo de dogma transmite esto?
Y ¿cómo refuerza esto las desigualdades que existen entre el mundo desarrollado y el mundo en vías de desarrollo?
   Al final, la red es el reflejo de la humanidad, no algo que lo cambia. Es un lugar al que llevamos todo lo que somos, incluso nuestras debilidades y mezquindades.
   
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